Como emocionar pese a lo predecible.

Póster oficial

Las historias de superación, aunque se sepa cómo el camino y el destino, suelen ser una de esas opciones que se disfrutan en las salas de cine. Todavía mejor si se llevan a la gran pantalla con elementos técnicos alucinantes que enaltecen las carreras del automovilismo profesional a través del formato del considerado mejor simulador de dicho deporte. Pero, ¿Qué tanto cambiaría la experiencia si se toma en cuenta que este relato adapta un hecho real? Quizá, y solo quizá esto pueda expandir la motivación que de por sí la película logra.

En una nueva incursión de PlayStation al cine live action que tiene como objetivo traer al cúmulo de jugadores que hicieron grande a la franquicia de Gran Turismo, los resultados que desde el tráiler parecían genéricos son otros totalmente distintos, para bien de un público que requiere de constantes emociones aunque, y si, sea un comercial glorificado de la marca japonesa pero sobre todo del universo de uno de esos juegos que han hecho historia.

Historia

Jann Mardenborough es un adolescente amante de Gran Turismo pero que tiene el sueño de llegar a ser un corredor profesional. Pese a las objeciones de su padre y las burlas de su hermano por considerar que es imposible lograr dicha meta, a Jann le llegará la oportunidad que siempre deseó a través de un proyecto sin igual: Nissan buscará materializar el sueño del creador de Gran Turismo de poner dicha disciplina al alcance de todos, especialmente demostrar que es posible cumplir los sueños si se tiene perseverancia.

Opinión

Dirigida por Neill Blomkamp, quien sorprendería al mundo en 2009 con Distrito 9 y que fuera de más a menos con Elysium (2013), Chappie (2015) y Demonio (2021), rompe con la mala racha de su realizador al entregar una cinta que consigue combinar el formato del simulador con lo cinematográfico. Aquí se pueden apreciar animaciones, gráficos y las dinámicas del título videojueguil a la vez que se aprovecha lo cinematográfico que a más de uno remitirá lo visto en Ford v Ferrari (2019), sobre todo por un aspecto visual deslumbrante así como de un rubro sonoro que hará al espectador vivir en primera fila todo lo que conlleva una carrera en varios de los grandes circuitos.

Otro acierto de Blomkamp es generar ese vínculo tanto con el protagonista como con el ingeniero en jefe quien será su mentor y el ejecutivo de Nissan que lleva el proyecto. Se muestra de manera ágil todo el proceso que vivió Jann para llegar hasta donde ha llegado, mostrando no solo el ambiente de alta exigencia y choque de egos del deporte automotor sino que también todo el mundo de los gamers que compiten a nivel mundial.

A pesar de que el product placement es notorio y pueda ser más un comercial de más de dos horas de PlayStation que pueden llevar al espectador a adquirir hasta el simulador, la película poser suficiente fuerza en la parte técnica así como de una química efectiva entre los personajes que motivan a ver hasta el final.

Y es que cada uno de esos productos que se anuncian entran en momentos justificados para la trama. Por ejemplo, cuando el principal logra por fin adquirir el volante que tanto ha querido para posteriormente disfrutarlo, escena con la que espectadores (jóvenes que ya trabajan para pagarse sus cosas sobre todo) podrán sentirse identificados o cuando Jann le compra uno de esos Walkman de antaño a su ingeniero que posteriormente será importante para levantar el ánimo de este piloto.

También se explica de una manera rápida y al grano como funciona el medio automotor, los requisitos para poder competir además de todas las exigencias que muchas veces no se toman en cuenta cuando se habla de ser un piloto de elite. No obstante, hay ciertos detalles que no terminan por encajar con lo propuesto, especialmente con el tema de los accidentes, de la decisión de ciertos resultados o de temas de trámites para competir.

La música es espectacular, siendo canciones de Enya y Kenny G agregados que poseen un doble propósito. Por un lado, entran en un principio como momentos de alivio cómico para después ser un vehículo de relajación y concentración, una especie de ritual para que Mardenborough pueda hacer lo suyo. Mientras que varios himnos del metal de las bandas Black Sabbath y Mötley Crüe se convierten en un sello distintivo de Jack Salter (el coach de Jann). Quizá Orinoco Flow, Songbird, Paranoid o Kickstart My Heart, puedan ser tendencia de nueva cuenta.

Las actuaciones son adecuadas. Orlando Bloom interpreta a Danny Moore, el ejecutivo de marketing de Nissan que luchará por llevar a buen puerto el proyecto, mostrando dos caras de su campo: apasionado hasta las últimas consecuencias pero también con ciertos límites que no puede cruzar; David Harbour en el papel de Jack Salter es el clásico caso del mentor que cansado de la rutina decide regresar a su mayor pasión pero ahora preparando pilotos; por último Archie Madekwe encarna a un joven entusiasta que tendrá que luchar y esforzarse por conseguir su sueño, si bien con episodios de frustración que lo llevan a la tristeza o enojo pero que no es desagradable como muchos de los personajes adolescentes actuales.

Como dato extra, en este filme el verdadero Jann Mardenborough no solo estuvo supervisando la historia sino que fue el doble de riesgo para las escenas de carreras, demostrando el gran talento que lo llevó hasta donde está.

Si bien, en su género no va a ser un parteaguas, Gran Turismo: De Jugador a Corredor es una excelente opción para ir al cine a emocionarse, sobre todo ideal para quienes aman este simulador y aquellos que han encontrado en los videojuegos un medio para conseguir sus sueños.
Es momento de subir al auto y correr por la gloria.

Tráiler oficial