Sobrevivir en un thriller de espléndido suspenso e incertidumbre.

Póster oficial

Un día despiertas y el mundo está colapsando. No hay energía eléctrica, el Internet no tiene conexión y no puedes buscar información al respecto. No hay quien pueda ayudarte y no sabes qué hacer. Buscar refugio, víveres y esperar a que todo pase sería lo más prudente ante una crisis de esta magnitud. Esta premisa se ha retratado en la pantalla grande en múltiples ocasiones. Ya sea por una invasión o ataque, el género de suspenso centrado en la supervivencia es una temática atractiva para la audiencia. Dejar el Mundo Atrás (2023) refresca este tópico con autenticidad.

De la mente del escritor norteamericano Rumaan Alam llega esta novela apocalíptica que es adaptada por Sam Esmail, creador de la fantástica Mr. Robot (2015-2019) para dar el salto a su primer largometraje con Leave the World Behind. Bajo el cobijo de Netflix conocemos a la familia Sandford, integrada por Amanda (Julia Roberts), Clay (Ethan Hawke), Rose (Farrah Mackenzie) y Archie (Charlie Evans), quienes pasan un fin de semana en las afueras de Long Island en una cómoda casa de descanso.

Hogar cálido con piscina es el lugar idóneo fuera del revuelo de la urbe para vacacionar. Ir un rato a la playa y despejarse de todo problema es el objetivo, pero de repente todo puede dar un giro inesperado. El arribo extraño de un barco petrolero a la bahía da el inicio a una serie de eventos extraños y difíciles de explicar para los Sandford, que continúan con la extraña visita a plena noche de los Scott, H.G. (Mahershala Ali) y Ruth (Myha’la) padre e hija que originalmente viven en la residencia buscando refugio.

La noticia de un apagón en la ciudad y los indicios de disturbios orillaron a que la familia Scott se refugiara en la casa que les fue rentada a los Sandford, a lo que Amanda no está de acuerdo y desconfía de sus intenciones. Poco a poco la incertidumbre del exterior y las señales de un inminente aislamiento no va dejar otra alternativa que confiar entre ellos si desean sobrevivir a lo que parece el final de la civilización como se conoce.

Con vibras que asemejan la narrativa y suspenso de M. Night Shyamalan y hasta un halo de familiaridad con Lost (2004-2010) que involucra una secuencia en la playa y un avión, Leave the World Behind es una revelación para el thriller, porque cuenta con una trama y manejo de tensión genuino, que es aderezado por un apartado técnico y de dirección sofisticado en beneficio de una historia que poco deja ver con el fin de mantener al espectador enganchado.

Dentro de las virtudes con las esta cinta se convierte en una nueva visión para el género, se encuentra el manejo de suspenso y tensión constante. Desde no saber si se puede confiar en la familia Scott, hasta el avistamiento de una manada de ciervos en el bosque, cada evento va creando el conflicto entre los personajes de tomar las decisiones correctas, y es a partir de este punto que cada histrión ejemplifica brillantemente el actuar que podría tener una persona en la vida real.

En Amanda se encuentra esa neurosis constante de no tener un agrado especial por las personas, de ahí su repetida desconfianza. Su reflejo Clay por el contrario es un hombre más razonable, pasivo y con la intención de siempre encontrar una solución pacífica. Tanto Julia como Ethan resplandecen en pantalla con sus respectivos roles, siendo ella al principio un descontento para el espectador, que no congenia con su accionar, pero que poco a poco su arco narrativo va floreciendo hasta lograr empatizar con Roberts.

Hawke interpreta a ese padre de familia ejemplar, profesor que inspira un rol a seguir en sus alumnos y que busca conectar con sus hijos adolescentes, mientras que Rose y Archie no caen en estereotipos, pero que son palpables en un contexto actual. Es adorable que la joven de la familia Sandford haya encontrado en Friends (1994-2004) un show al cual rendirle culto y justamente el desenlace va a encaminar a Rose a cumplir ese anhelo relacionado con la serie televisiva.

G.H. Scott por otro lado, es un hombre misterioso que puede saber algo más de lo que está sucediendo. Su postura ambigua le dará un misticismo que Ali impregna en su personaje, que no se desprende de su semblante atormentado que usualmente expresa en pantalla, pero que queda como anillo al dedo a esta historia. Caso contrario a Ruth, que llega a ser un poco malhumorada y altanera, pero que después de conocerla, vemos a una chica asustada y temerosa.

Cubierto el apartado histriónico con creces gracias a una loable dirección de actores y un magnifico desempeño de cada intérprete, el turno de una atmósfera inquietante es el siguiente paso a relucir en la cinta. Siendo su primer largometraje, Esmail explota los recursos cinematográficos que su entorno le ofrece para vestir a la película de una puesta en escena sobresaliente, porque aquí ya sean en los diferentes cuartos de la casa, pasando entre cada uno, o las escenas en la carretera o bosque, los encuadres y movimientos de cámara son vertiginosos.

Con esto la intención del cineasta por sumergirnos en la perplejidad de la historia queda remarcada a la perfección que solo puede ser aderezada con la dirección de fotografía de Todd Campbell, utilizando tonalidades cálidas que retratan la naturaleza del bosque en sus verdosos colores. No hay que dejar de lado el sonido, siendo un elemento esencial en la cinta con una despampanante mezcla y edición sonora que juega con los sentidos a través de efectos y el score de Mac Quayle.

Dejar entrever el mensaje que nos da la película es imperativo para la resolución que trae a colación a Kevin Bacon, pues en ocasiones los que llegan a ser más paranoicos son aquellos que están mejor preparados ante una contingencia de cualquier tipo. Ciertamente lo mejor que puede dejar Dejar el Mundo Atrás es una reflexión acerca de lo que las personas somos, de la necesidad de estar en constante conflicto y no conciliar la amena convivencia.

Hasta los ciervos y flamencos saben lo terrible que es el ser humano para el ecosistema. Quizá un apagón sea lo que el mundo necesite para darse cuenta de la des configurada humanidad que representa el homo sapiens.

También hay un guiño para aquellos amantes de lo tangible, de no esperar a que una serie o película no se encuentre en algún servicio de streaming y preferir dirigirse al librero, tomar el formato de su preferencia y reproducir aquello que le hace más feliz, iniciando con la canción “I’ll Be There for You”.

Tráiler oficial