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La Semilla del Fruto Sagrado | Reseña

Retratando la violencia a través de la belleza cinematográfica

Póster oficial

Aquellos que hemos tenido la fortuna (o bueno, muchos dirían que desfortuna) de estudiar las artes o las ciencias de la comunicación, sabemos perfectamente del poder que una película puede tener. Desde algo más “inocente”: de influenciar el lenguaje introduciendo nuevos términos (ej. gaslight), de imponer nuevas maneras de vestirse, de hacer a algún actor el preferido de la audiencia…. 

Lamentablemente, los que estudiamos este arte sabemos que el cine también es el arma más poderosa, que goza de el poder de influenciar el pensamiento de las masas – tan sólo abran un libro de historia y vean cómo fue que que el documental “El Triunfo de la Voluntad” de Leni Riefenstahl ayudó al regimen nazi a posicionarse. O si de plano no quieren irse muy atrás, ¿por qué no ven cómo el sexenio de Lopez Portillo censuró y persiguió a todo aquél que hiciera alguna película crítica dejando así una época de cine mexicano que se resumía en pura sexi-comedia?

O bien, no quieren ver películas, leer historia – piensen, ¿cómo es que las plataformas que nos permiten compartir videos han ayudado a divulgar las injusticias que se han cometido en el mundo? Remítanse al papel que jugó TikTok en que el mundo se enterara de las atrocidades cometidas en Gaza, y cómo es que su poder fue tal que llegó a ser bloqueado por el gobierno de una de las potencias más fuertes del mundo. 

Las imágenes son poderosas. Es por eso que el cine es tan fuerte: porque permite que el realizador del mismo manipule la realidad para mostrarnos lo que él desea que la audiencia vea. Ésto, como bien mencionamos antes, puede ser para “bien” (la manipula porque nos quiere mostrar una estética trabajada a pros de su narrativa), o puede ser un arma en la que de manera indirecta se nos diga los valores que debemos de tener, la manera en la que vestir, qué pensar, qué no cuestionar e incluso cómo hablar. Es un arma de dos filos. 

Afortunadamente, los artistas también han aprendido a usarla – y saben que si bien, es delicioso usarla a pros de una estética o un capricho narrativo, también llegan los momentos en los que se debe de usar como un canal de denuncia. Y esto fue lo que hizo el director iraní, Mohammad Rasoulouf con su película más nueva “La Semilla del Fruto Sagrado”.

Esta película cuenta la historia de Iman (Missagh Zareh), un juez en Tehran, que, debido a lo delicado de su profesión, debe de mantener un anonimato con tal de que no atenten contra él o sus seres queridos. Mientras tanto su familia, conformada por puras mujeres, se ven enfrentadas con el hecho de tener que forzarse a acatar con los valores del régimen para proteger a su padre cuando en las afueras de su casa están los disturbios en protesta por el asesinato de una joven mujer que se rehusó a usar su hijab. 

Si bien la historia es ficticia, sí está situada durante los sucesos que tomaron lugar en Irán en protesta del asesinato de Mahsa Amini en 2022. Para contextualizar aún más a la audiencia en este momento, el director entrelaza en su edición videos reales que fueron grabados y compartidos por redes sociales durante estas protestas. 

Es una película que toca temas universales como la violencia contra la mujer, de la represión y censura gubernamental, de el privilegio que yace en el poder, del machismo, la fuerza que está tomando el feminismo moderno además de las toxicidades que hay en las dinámicas familiares.

Todo esto nos lo cuenta a través de Imán y su familia que está conformada por su esposa, Najmeh (esposa, interpretada por Soheila Golestani), y sus hijas Rezvan (Mahsa Rostami) y Sana (Setareh Maleki). Vemos como Najmeh hace todo lo posible por asfixiar el deseo de libertad de sus hijas, mismo que está siendo alimentado por las protestas que atacan a sus amigas, con tal de asegurar el puesto de su esposo (y por ende, su felicidad). Sin embargo, conforme la historia va avanzando, Najmeh se va dando cuenta que no por sus esfuerzos de ayudar a su esposo significa que él le extenderá la misma cortesía a ella o a sus hijas.

Aquí es dónde se empieza la temática de, el mismo yugo que buscaste proteger cuando te cuidaba, será el mismo que caerá sobre ti. Nos enseña, de manera cruel y realista, como alguien podría estar dispuesto a extender una opresión con tal de conservar la posibilidad de un privilegio; lo rápido que uno puede atacar al otro por convicciones ajenas y como el hacer eso, no lo exenta de ser oprimido del mismo modo. 

El título de la película hace referencia a una especie de higo cuyas semillas crecen de modo que se enredan en un árbol ya existente, llevando así a que éste nuevo árbol sofoque al otro hasta matarlo para quedarse él en su lugar. 

Es una analogía que podría aplicarse al régimen bajo al que está sometida la nación iraní, pero que también se presta a otra lectura dentro del contexto de la historia: ¿estas semillas, son las hijas del protagonista? ¿Serán las nuevas generaciones las que crezcan para acabar con lo que ya está impuesto? 

Es una película que ha causado controversia, al punto que el director y gran parte del elenco han tenido que huir de Irán buscando asilo. 

Rasoulof recordó el poder del cine y lo utilizó para señalar las injusticias, asegurándose que esta violencia no se olvide y se sepa en todo el mundo – inclusive, cuando le costó tener que huir para escapar de su cruel condena. 

Si bien, la película fue grabada en secreto para huir de la persecución política, esto nunca atentó contra la calidad de la misma – hay secuencias cargadas de mensajes en los que uno tiene que sofocar su propio llanto para evitar molestar a otros en la sala. La actuación de los protagonistas es sublime porque, más allá del claro talento que poseen y demuestran, uno no puede evitar verlos como héroes que usaron su arte para denunciar una injusticia. Y más, cuando lo hicieron sabiendo que les podría costar una condena o incluso, su vida. 

Es una película latente, con muchos paralelismos a la realidad mexicana actual en la que, si bien, no compartimos muchos de los elementos físicos que ellos utilizan para reprimir, nos sobran otros con los que se castiga a aquellos a los que osan a levantarse en contra de la injusticia (en serio, hay escenas en la que la madre dice frases que seguramente han escuchado en comidas de parte de familiares cuando se habla de las marchas feministas). 

“La Semilla del Fruto Sagrado” es una película sumamente importante, que se debe de ver y platicar para hacer valer el poder del cine: que esta denuncia no caiga en oídos sordos e inspire a las semillas que están creciendo a asfixiar a aquellos que lxs buscan sofocar.

Tráiler oficial

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4.5

Ficha Técnica

  • Título original: The Seed of the Sacred Fig
  • Director: Mohammad Rasoulof
  • Año: 2024
  • Duración: 168 min.
  • Guion: Mohammad Rasoulof
  • Música: Karzan Mahmood
  • Fotografía: Pouyan Aghababayi
  • Elenco: Soheila Golestani, Setareh Maleki, Missagh Zareh, Mahsa Rostami
  • Distribuidora: Cine Caníbal
  • Fecha de estreno:  30 de enero de 2025 (México)
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