Milagro en la celda 7
Los turcos también lloran.
Póster oficial:
Ficha Técnica
- Titulo original: 7 Kogustaki Mucize
- Director: Mehmet Ada Oztekin
- Año: 2019
- Actores: Aras Bulut İynemli, Nisa Sofiya Aksongur, Deniz Baysal
- Distribuidora: Netflix
User Review
( votes)Hace unos días, Netflix estrenó en su plataforma una cinta que inmediatamente dio mucho de qué hablar entre la gente que, aunado a la situación que se vive, depende de las propuestas que haya en streaming para buscar opciones de entretenimiento. Esa cinta es Milagro en la Celda 7, remake turco de una cinta surcoreana estrenada originalmente en el año 2013 que fue todo un éxito en su país.
En esta versión, el director Mehmet Ada Oztekin opta por una narrativa melodramática que se toma muy en serio, dejando de lado el “dramedy” que era la versión original para tratar de mostrar el lado cruel de la justicia en Turquía muy por encima para enfocarse completamente en la relación entre Memo (Aras Bulut Iynemli), un padre con discapacidad intelectual y su hija Ova (Nisa Sofiya Aksongur), misma que se pondrá a prueba después de que a Memo lo encarcelen por un crimen que no cometió.
A partir de esa situación, la película se enfoca en un propósito solamente: buscar la lágrima en el espectador. Si bien lo puede lograr en algunos, lo triste de esta propuesta es que, como buen melodrama, únicamente llena su historia de eventos que van de mal en peor exacerbando el dramatismo sin desarrollarlo del todo buscando meramente ese efecto de llanto o impacto emocional dejando de lado los demás factores que rodean el relato.
Y es que Milagro en la Celda 7 parecía querer hablar un poco de los problemas en el sistema de justicia turco, sobre todo el asunto de la pena de muerte y su abolición en algún momento pero deja de lado todo esto para irse a la segura con un efectismo que cae en el melodrama exagerado una y otra vez dando un resultado complaciente y efectivo para los que disfrutan de estos relatos sin mayor complicación que el hacer llorar cual cinta estilo Hallmark o telenovela televisiva.
A pesar de ello, hay que destacar ciertos puntos como las actuaciones. Sin duda, Aras Bulut Iynemli logra un buen personaje en su Memo, uno que remite a aquel Sam de Sean Penn en aquel melodrama legal con covers de The Beatles llamado Yo Soy Sam (Nelson, 2001), donde incluso este personaje comparte ciertas angustias como el destino de su hija y la pelea por estar con ella a pesar de las complicaciones de su situación legal y física. Memo resulta un rol bastante bien delineado para este melodrama causando que las situaciones sean efectivas por lo que le sucede a él en la pantalla.
A su vez, la dinámica que tiene con su hija Ova, interpretada por Nisa Sofiya Aksongur, es lo que resulta el motor melodramático detonante durante las dos horas 15 minutos de duracion de la cinta. Incluso algunos de los compañeros de celda del noble Memo tienen buenos momentos, recordando un poco en su dinámica a los dramas carcelarios de Stephen King llevados a cines por Frann Darabont, tanto Milagros Inesperados (1999) como Sueño de Fuga (1994). Lamentablemente, uno queda con ganas de ver más en ese desarrollo del drama carcelario adecuado y de nuevo se cae en ese tono que no abandona nunca la película y resulta ser su principal problema.
Otro apartado destacado es el diseño de producción, un aspecto en el que parece que Netflix como productora pone mucha atención en sus productos. En este caso, comparándola incluso con la cinta surcoreana original, los valores en su diseño de producción, fotografía y vestuarios, destacan bastante y dan la suficiente autenticidad al relato, donde se nota un toque más realista que en el de la original que de alguna forma ayuda a que el melodrama funcione.
Al querer despegarse de su fuente original, este remake turco repite fórmulas que no le benefician del todo, cayendo incluso en el cliché de un final feliz para un melodrama que, a comparación del dramedy coreano del 2013, rompe con la dureza del relato para irse por la fácil y entregar una conclusión feliz cual cuento de hadas, rompiendo el aparente realismo que manejaba en el mismo. Es en esos puntos donde la película de Ada Oztekin flaquea, más allá de lograr esa finalidad del llanto por la que apuesta constantemente.
El punto más irregular sin duda resulta ser el guión, ya que no sólo cae en todo lo que se esperaría de una cinta de esta índole, sino que su extremo dramatismo sin medias tintas deja por completo de lado otros factores de su contexto, no sólo del sistema de justicia en Turquía en los 80 sino de lo que sucedía como sociedad, las injusticias cometidas, todo con un afán rosa que de repente no encaja con esos aires de realismo que pone de por medio.
Al final, Milagro en la Celda 7 resulta no ser más que un relato medianamente funcional que nos muestra la más burda pretensión del melodrama, buscando siempre la reacción del público ante dramas sin medias tintas, donde no hay áreas grises y con un desarrollo en su historia que a veces se toma en serio y en otras juega a una ficción extra dramática que emula a otras cintas del género, incluso de la Época de Oro del cine mexicano, pero que al final no se atreve a ir más allá de lo mismo, demostrándonos que los turcos también lloran.
Tráiler oficial: