Cuando la oficina es una guerrilla.

Póster oficial

El ambiente de oficina ha sido explorado muchas veces por la televisión y el cine. Por un lado, una mirada divertida que hace que incluso se tenga como algo deseable la monotonía y estabilidad de uno de estos trabajos como en The Office. Por otro lado, comedias sin sentido que toman este ambiente como un mero escenario como Mirreyes contra Godínez.

Sin embargo, este concepto se ha llevado a un terreno de crudeza, humor negro y sarcasmo con Recursos Humanos, película mexicana que refresca un tanto el espectro del cine nacional en el que abundan las comedias románticas.

En esta cinta Gabriel Lynch es un subgerente del área de impresiones de una empresa, un godín con cierto grado de responsabilidad al que le han faltado oportunidades en esta compañía pero que le sobra mucho, pero mucho odio. Un día, su mundo cambia cuando el hijo de un alto directivo recibirá el puesto que siempre ha querido y empezará una guerra contra este ser, desencadenando una espiral de caos basado en la ambición y resentimiento.

Basada en la novela de Antonio Ortuño, el director Jesús Magaña Vázquez ha confeccionado una película que ahonda en el microcosmos de la oficina en México con un cierto grado de crudeza que refleja un tanto este ambiente. Por un lado, los personajes representan varias aristas de ese día a día de cubículos como aquellos compañeros que utilizarán sus medios para obtener aumentos (desde labia hasta el intercambio de favores de todo tipo) o de reflejar el nepotismo para subir en la escala laboral (familias enteras ocupando cargos de dirección).

En los casi 90 minutos se pueden notar múltiples referencias tanto visuales como de contenido relativas a la década de 1990, como un blanco y negro junto a una grabación de cámara al hombro (Asesinos por Naturaleza), un protagonista con actitud cínica y lanzando frases bastante críticas a la sociedad (Club de la Pelea, Trainspotting) o incluso aquel maletín con luz brillante a la par de división de la historia en capítulos (Pulp Fiction). Así mismo, hay una edición que corta abruptamente en negros, quizá un punto negativo en el visionado de la película.

Aunque hay dinamismo, el filme se excede con algunos excesos y esto ocasiona que la trama se alenté, que por momentos haya algunos bajones en cuanto a la fluidez de la trama. También, la exageración de los acontecimientos que suceden y las conveniencias que hacen de los actos de ciertos personajes sin consecuencias terminan por quitarle fuerza al relato.

Por ejemplo, en Pulp Fiction todo tiene consecuencias por más increíble que sean las acciones de los personajes, algo que en Recursos Humanos no sucede por el bien de la trama. O también cuando se dan algunos giros en la trama que aunque se expliquen al final no quedan totalmente claras ni generan el impacto deseado.

La música es bastante agradable, queda muy bien con la estética propuesta y con el contexto mexicano, sumado esto a una composición de fotogramas que están bien realizadas. A esto se le añade una fotografía de calidad, con buen contraste para ejecutar un monocromo efectivo.

Aunque resulte un tanto excesiva y pueda tener problemas también en el sonido, Recursos Humanos es una opción que se sale del molde de comedia romántica típica del cine mexicano de los últimos años, con actuaciones que funcionan para cada personaje (Pedro de Tavira hace suyo el papel de Gabriel Lynch, mismo caso de Giuseppe Gamba como Mario o Daniel Tovar como Paruro, el cómplice de andanzas de Lynch).

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