Una entrega que le cumple a sus fans con un aire de suspenso, y la adecuada dosis de sangre y violencia.

Póster oficial

Hace casi veinte años, la frase “quiero jugar un juego” adquiriría una dimensión escalofriante ante la aparición de uno de los personajes más memorables del cine de terror de este milenio. John Kramer, mejor conocido como Jigsaw, sacudió a las audiencias en el 2004 con un personaje de una moral determinante, que sabe exactamente bien su mirada acerca del bien y el mal, pero sobre todo que busca siempre que sus víctimas aprendan la diferencia entre ello, abriéndole los ojos (o tal vez otras partes del cuerpo) ante la respuesta de una cuestión casi shakesperiana: vivir o morir, una elección que inconscientemente tomamos todos los días. 

Ese peculiar “coach de vida” está de vuelta después de su prematura muerte en la tercera parte y su reaparición por medio de flashbacks en la saga, ahora de la mano de Kevin Greuter, realizador cercano a la franquicia, a través de un relato que se aleja de las últimas dos visiones del ‘juego del miedo’ para llevarnos al pasado, justo entre la primera y segunda entrega, trayendo a su protagonista a nuestro país donde tendrá que brindar su guía a algunos paisanos en Saw X. 

La trama presenta a John (Tobin Bell), muy enfermo y desesperado por seguir viviendo, quien encuentra esperanzas para acabar con su mal gracias a un mágico tratamiento especial que eliminará todo rastro de su cáncer terminal. Pero al llegar a México para ponerse en manos de la milagrosa Doctora Cecilia Pederson (Synnøve Macody Lund), es víctima de una gran estafa. Por ello, Jigsaw desata su juego macabro al tomar el asunto en sus manos y traer cierta justicia, ofreciéndole a ella y sus secuaces la decisión clave de todas sus trampas.  

En efecto, Jigsaw está desatado en territorio mexicano y por ello no podía faltar la participación de talento nacional. El grupo alrededor de la ambiciosa Pederson lo integran Joshua Okamoto, Paulette Hernández, Octavio Hinojosa y Renata Vaca, que saben interpretar de buena forma el papel de las víctimas corrompidas por sus propias ambiciones o defectos. Ya sea que sean adictos a las drogas o simplemente tengan un desdén por la vida, sus roles a pesar de ser planos funcionan como la adecuada carne de cañón para lucir las trampas de Kramer.

La estética de la cinta respeta la esencia de sus antecesoras, especialmente de la primera a la séptima, donde Nick Matthews juega con los colores usuales como el verde, rojo, blanco o azul y le añade el clásico sepia para todo lo que sucede en México, un cliché que no es de extrañarse. También, se aplaude que el compositor Charlie Clouser continúe creando los temas alrededor de los juegos sádicos de Jigsaw, ofreciendo una versión ligeramente modificada del tema clásico de la saga, Hello Zep, que dictamina el final del juego, sumado a ese sonido casi de sintetizador que añade tensión a los momentos más cruentos de tortura en el filme.

El diseño de las trampas resulta nuevamente ingenioso, sobre todo al respetar la esencia de lo que es Jigsaw: juegos en donde es posible sobrevivir, algo que se había perdido desde la cuarta entrega hasta la séptima debido a la presencia del Agente Hoffman. Aquí el diseño de las máquinas de tortura son un tanto minimalistas pero cumplen con el gran plan de Kramer, ese que se basa en una cuestión básica de supervivencia como ¿Qué tanto estás dispuesto a hacer, sacrificar o cortar para vivir? En ellas, destaca el uso de una máscara tradicional de la cultura mexicana que ofrece una de las muertes más salvajes de esta entrega.

Pero es el regreso de Tobin Bell como el arquitecto de la moralidad Jigsaw quien se roba la cinta junto a otro retorno clave en Shawnee Smith, metida nuevamente en la piel de la primera sobreviviente a los juegos, Amanda Young. La dupla se siente con buena química, como si no hubiera pasado una década de no compartir escena. Ese punto de encuentro entre ambos le da una frescura interesante a todo el relato pues gracias al guion de Josh Stolberg y Pete Goldfinger, quienes intentaron revitalizar la saga con la ausencia de Jigsaw en las dos entregas anteriores pero fallaron en su cometido. Aquí, añaden una capa de humanidad al popular personaje, mostrándolo frágil, derrotado pero con toda la intención de completar su trabajo de vida.

Es esa humanización de Kramer, que se toma bastante tiempo al inicio del filme en un ritmo un tanto cansino, la que crea un interés por parte de la audiencia. De repente, la mente maestra se convierte en la víctima, sin dejar de lado su amor por la vida que se le está yendo de las manos poco a poco. Incluso se atreve a mostrar un lado oscuro dentro de él, una versión de juez moral intachable que impone sus reglas ante aquellos que actúan mal, no mostrando un ápice de culpa por ellos, lanzando la cuestión al aire aún más ambigua acerca del bien y el mal del cual también es el ejecutor y dictaminador. 

En contraparte, existen los “jugadores”, algunos de ellos cuya línea de la moral es retorcida o que han perdido el rumbo en su propósito de vida, pero no tan macabra como la de cierta antagonista que se alza como uno de los personajes más odiosos de la franquicia. Synnøve Macody Lund sorprende con un rol que nos muestra a alguien que no tiene escrúpulos, llena de un perfil psicopático nada envidiable que hace ver al loco del Detective Hoffman como una caricatura. Ver las dos perspectivas de estos personajes y cómo unos se convierten en otros le da una dimensión a este juego del miedo bastante interesante. 

Aunque esta décima no supera otras dentro de la franquicia, se aplaude que Saw X ofrezca un panorama diferente del mundo de John, como una pequeña pieza de rompecabezas fundamental para lo que sucede en las siguientes dos cintas (El Juego del Miedo II y III), sumado a un un aire de suspenso y la adecuada dosis de sangre y violencia que es el sello de la casa del ‘torture porn’ al que pertenece. Si bien la trama puede resultar predecible, termina por cumplirle a los fans al ofrecer un relato complementario del complejo Jigsaw, ese que sigue extendiendo su legado y en una de esas, podría continuar después de esta cinta de formas inesperadas. 

Tráiler oficial