Emocionante renovación a una receta tradicional.

Póster oficial

En un restaurante las recetas están hechas para seguirse al pie de la letra y que el cliente obtenga una comida con ciertos estándares predeterminados. Lo mismo sucede en el cine con las películas de “fórmula”. Largometrajes que arriesgan poco, utilizando una receta e ingredientes que el público ya ha consumido con agrado anteriormente y que, por ende, representan un riesgo menor ante un potencial rechazo.

Pero, ¿qué sucede cuando se ejecuta prácticamente toda la receta religiosamente, excepto por uno de los ingredientes más importantes? «Nadie» (Nobody) encaja en esta última categoría. La fórmula de la cinta en cuestión, está basada en el éxito de otros thrillers como John Wick, cinta también producida por David Leitch y también escrita por Derek Kolstad, sin embargo el principal riesgo lo toman con el protagonista: Bob Odenkirk.

Bob, reconocido internacionalmente por sus trabajos de comedia y por darle vida al abogado Saul Goodman en el universo de la serie Breaking Bad, es el ingrediente que nadie esperaba en “Nobody”, interpretando a Hutch Mansell, un hombre de familia aparentemente común y corriente, que se podría encontrar en cualquier suburbio de Estados Unidos sacando la basura al frente de su casa o llevando a su hija a la escuela.

Sin embargo, Hutch realmente no es un hombre común y corriente. Su violento pasado saldrá a relucir cuando el personaje que se ha creado para encajar en la sociedad en el día a día, deja de ser suficiente para proteger a su familia. Cansado de ser un “don nadie”, Mansell toma revancha con sus propias manos.

Es ahí donde Odenkirk nos muestra una faceta que no conocíamos de él. Logra, convincentemente y gracias a un esfuerzo físico extraordinario, hacer que disfrutemos las escenas de acción que “Nobody” ofrece. Con ritmo e intensidad, cada escena hace que nos vayamos olvidando del colorido abogado para respetar al nuevo personaje de Bob.

Quien llegue a la sala buscando frenesí, violencia y sangre, la encontrará. Por más de hora y media, el entretenimiento no decepciona y quienes conocen los antecedentes de Leitch y Kolstad, saldrán con un buen sabor de boca. Quizá el riesgo que asumieron es pequeño, pues conocen perfectamente el género y este tipo de guion, sin embargo la elección de su ingrediente principal (Odenkirk) hace que esta película no deba pasar desapercibida.

Además, en la violenta realidad social que vivimos día a día, uno se pregunta si “Nobody” puede lograr empatía entre esos hombres que de alguna u otra manera, se sienten incapacitados de proteger a sus familias y que, al menos durante esta hora y media de ficción, podrían ver sus fantasías reflejadas en la pantalla.

Más que disfrutable, “Nobody” merece los buenos comentarios que ha recibido desde su estreno en Estados Unidos hace un par de meses. A veces, a una buena receta tradicional, lo único que le falta es un ingrediente novedoso para que podamos degustar un platillo excitante.

Tráiler oficial