IT (Libro)
Más allá de Pennywise y Derry.

Ficha Técnica
- Autor: Stephen King
- Año: 19886
- Editorial: DeBolsillo
- No. de páginas: 1504
Stephen King, uno de los autores más prolíficos de los últimos 40 años, tiene en su haber una extenso número de libros, guiones y adaptaciones a su obra que hacen de su carrera algo increíble e interesante.
Versátil, dentro y fuera del género del terror, horror o fantasía, el autor de Maine ha creado un universo fascinante que sigue atrayendo a millones de lectores, dejando atrás una vida que comenzó siendo deplorable y carente a un éxito de varias cifras monetarias.
Entre sus muchas novelas, cuentos, escritos, artículos y demás componentes en su casi interminable trayectoria, hablaremos de una de sus obras cumbre, infaltable e influyente: IT.
PRELUDIO: OBRAS E IRREGULARIDAD PREVIO A IT
Publicada el 15 de septiembre de 1986, pero idealizada en 1978 y escrita en el periodo 1981-1985, la novela número 19 del autor es el reflejo de una época convulsa que King vivió lleno de alcohol, valium, opio y el peso que el éxito representa. En esos cuatro años de intensa actividad, en paralelo se publicaban 10 novelas best seller pero que se mostraban en el cómputo general como irregulares.
Por una parte, Cujo, El Ciclo del Hombre Lobo y Thinner son víctimas del abuso en las ya mencionadas sustancias, siendo mucho más dispersas aunque ligeras y digeribles, marcando una línea que daría como resultado tiempo después la poco recordada The Tommyknockers, publicada en 1987 y un nexo innegable a Derry, Pennywise y el espacio exterior.
Por otro lado, notables resultan Pet Sematary, los dos primeros números de The Dark Tower, Christine y la aclamada Talisman, junto a su amigo y colega Peter Straub. Títulos en los que muestra consistencia, calidad y una sorpresa agradable al estado mental, emocional y físico de King. Infaltable mencionar de una de las mejores compilaciones de toda su bibliografía: Las Cuatro Estaciones, de las cuales hablaremos más adelante y que son un referente obligado.
4 años en los que Stephen aprendió de sus errores, perfeccionó sus aciertos y confeccionó su obra más importante en la convulsa época de la década de 1980, donde con un payaso, un grupo de Perdedores y un pueblo ficticio, muy a la Faulkner, conquistó a toda una generación.

ÉRASE UNA VEZ EN DERRY…
King nos narra la historia de Derry a través de dos momentos específicos: 1958 y 1985. Esto, a través de la cíclica tragedia que significa el despertar de Eso, un ser cruel, amenazante, inteligente y lovecraftiano, que tiene la capacidad de adoptar la forma de lo que la víctima más teme, alimentándose del miedo, y fanático del terror que genera en los niños, considerado por el propio Eso como “el más delicioso”.
Justo en el fin de una de sus hibernaciones, se topará y enfrentará con “Los Perdedores”, grupo de niños rechazados por sus personalidades y defectos físicos, víctimas de Bullying pero que saben el significado de la amistad: Bill Denbrough, Ben Hascom, Beverly Marsh, Richie Tozier, Mike Hanlon, Eddie Kaspbrak y Stan Uris.

Tras varias experiencias que son homenaje a monstruos clásicos como el hombre lobo, la momia, vampiros, fantasmas, además de elementos esenciales del terror y horror como la sangre, y muertes sorprendentes, los 7 amigos derrotan e interrumpen el ciclo mortal de Eso, haciendo la promesa de volver en caso de haber fallado, algo que ocurrirá 27 años más tarde, con “Los Perdedores” como adultos exitosos, contraparte de su pasado poco brillante.
Casi 3 décadas más tarde, los asesinatos retoman su ritmo fulgurante. El mundo ha cambiado, Derry se moderniza, víctimas continúan acumulándose, homofobia, indiferencia y machismo son los nuevos elementos que Eso aprovechará para seguir impune y fortalecerse para lo que vendrá.
Regresando a Derry, a excepción de Stan, analogía a la lógica y mente cerrada a lo imposible o sobrenatural que llega con la adultez y que desemboca en un traumático suicidio, los “Perdedores” enfrentarán una vez más a su peor miedo, recobrando sus recuerdos al parecer borrados por el influjo de su enemigo. Un último duelo donde más de uno morirá, y otros tantos lograrán superar sus propias expectativas en cuanto a su valor.
Jugando con la cronología, alternando con maestría pasado y presente, con momentos álgidos y de gran dramatismo, conseguimos sumarnos al club, ser un Perdedor más, luchando a la par con Pennywise o la forma que más nos aterra y que solo el lector junto a los personajes puede ver, estando solos contra un pueblo poseído.

7 NIÑOS, ESO Y UN PUEBLO
Dentro del largo catálogo de personajes, tanto héroes como villanos en la obra de Stephen King, los que componen It son de los más icónicos y representativos de todo su universo, algo que se repite en su bien conocido fetiche por situarnos en pueblos que no existen pero que toman mucho prestado de su amado Maine.
Eso, El villano y monstruo más emblemático que ha creado King, nace gracias a la obra del maestro H.P. Lovecraft, el asesino serial John Wayne Gacy “Pogo”, Bozo el Payaso y de la coulrofobia que muchos niños sufren. Cruel, sarcástico, calculador, inteligente, voraz y poderoso, el payaso, momia, leproso, araña, o lo que más temor cause en su(s) víctima(s), resulta en un personaje con una psicología y origen interesantes que lo hacen la representación del terror más genuino: aquel generado por lo cotidiano, lo más común, pero por ello más real y efectivo. Otro guiño a la lucha del bien y el mal: la inocencia como alimento de la maldad, y la maldad como motivo para ser bondadoso.
Hay que mencionar que el “Villano Rey” del nacido en Maine no sólo funge como la imagen de la maldad y el miedo, sino que su figura también es una crítica a la pérdida de imaginación cuando se llega a la adultez. Prueba de ello es el poder que Los Perdedores tienen cuando son niños al enfrentarlo en el ritual de Chüd, que por cierto es otra analogía a la melancolía por una niñez que solo requería de la imaginación dotada por los libros, televisión o mitos que los infantes pueden hacer tangibles.

Por el lado de Los Perdedores, tenemos aquí una ventana al propio King y amigos de su infancia, además de representar lo cambiante que es la vida, pasando de ser alguien marginado a una persona exitosa.
En cada personaje, el lector ve un pedazo de sí mismo o una parte de su pasado, y un vehículo para viajar a una realidad que fue real en cuanto a prejuicios, visión y comportamiento mismos.
Tenemos a un tartamudo que es el que mayor seguridad brinda y se vuelve escritor; a un obeso con un gran corazón que se vuelve un arquitecto apuesto y con personalidad, un ejemplo de que podemos cambiar nuestra realidad; a una chica hermosa, fuerte, empoderada sin necesidad de agendas y una crítica a un machismo que es real, sin hacer uso de victimismos; a un “payaso de la clase” que usa su “lengua larga e impertinente” para dar alegría a las personas cuando se convierta en el comediante más importante de EU; a un asmático, hipocondríaco y frágil niño con un sentido de ubicación, habilidad para las herramientas que será el chófer más buscado en Hollywood; a un judío amante de las aves y el orden que se volverá un contador exitoso, sinónimo de seguridad; y al chico afroamericano del pueblo, atacado por un racismo que aún hoy continúa, y que será un bibliotecario querido por Derry, pese a la criatura que la posee.

Aquí, King expone a través de sus antagónicos menores y sus secundarios incidentales problemas importantes pero cotidianos como Bullying, maltrato familiar, adicciones, injusticia y homofobia de manera espléndida, sin importar los tabúes que tenga que romper, ni lo políticamente correcto.
El autor demuestra un respeto para estos personajes al dotarlos de cualidades y defectos que hacen creíble la existencia de los mismos, logrando que el lector incluso conviva con ellos en el mundo real.
Por el lado de los escenarios, Derry, así como otros pueblos creados por él como Heaven o Castle Rock, son una estampa de un país que cambió velozmente hacía la modernidad. Entre su cine con películas de miedo, bibliotecas que eran un refugio, los Barrens, los centavos, las bicicletas podemos viajar por un momento que añoramos y buscamos con ahínco en cada página.
Así mismo, crecemos y revivimos nuestro primer amor, primer beso, las responsabilidad pero sobre todo, a nuestros amigos de la infancia. Algo que se resume perfectamente con la frase de su magnífico cuento El Cuerpo:
«Nunca más volví a tener amigos como los que tuve a los doce años. Cielos, ¿acaso alguien sí?

VIAJANDO EN UN PLYMOUTH FURY 58
Una de los aspectos más interesantes de cada obra de King es la relación y conexión con mucha de su bibliografía. Sin importar la historia, sentimos que viajamos por un país, haciendo una parada en un pueblo diferentes, o en este caso, en una historia.
En el caso de It, su importancia ha sido tal que incluso cambió un tanto el curso de lo que el opus magnum del autor La Saga de la Torre Oscura adoptó a Eso, La Tortuga y varios de sus personajes para acrecentar el imaginario ya extenso.
Por mencionar algunos ejemplos tenemos un Plymouth Fury Rojo a modo de homenaje a Christine, personajes que van a Shawshank como referencia a Rita Hayworth y la redención de Shawshank, Dick Halloran que es importante en El Resplandor y Doctor Sueño, Mike Hanlon como un personaje fundamental en Insomnia, sumadas a las múltiples apariciones de sus otros personajes en 11/22/63, The Tommyknockers, Un Saco de Huesos, solo por mencionar algunos.
Así que no está demás imaginar que vamos a bordo de un Plymouth Fury del año 58, auto con el cual soñó de niño Stephen King, donde pasamos por pueblos, ciudades y desastres de todo un país interminables. Eso sí, al menos tenemos suerte de que no nos recoja Belch Huggins para cumplir con el mandato de Eso. ¿O si?

IT COMO LIBRO
Tal como se hace con las películas emblemáticas, las novelas merecen siempre ser examinadas en su contenido tras una explicación (a veces extensa) de otras cuestiones interesantes que harán que se lea con otros ojos el viaje que el lector hará a través de, en este caso, más de 1500 páginas.
La novela maneja un orden anacrónico, donde el lector va uniendo las piezas de un rompecabezas que por su alto valor descriptivo e informativo se hace de manera un tanto lenta pero nada tediosa.
Tal como vemos en autores como William Faulkner e incluso en Gabriel García Márquez, la habilidad narrativa de King hace que no se pierda el hilo entre un océano de detalles y, la virtud de poder construir un lugar no existente como Yoknapatawpha o el Macondo mismo, homenajes a Lafayette y Aracataca respectivamente. Aquí, Derry es una parte de Maine.
El ritmo de la novela es una montaña rusa con subidas y bajadas de lo laxo con lo frenético, ayudados por el carácter alejado de lo cronológico que resultan en escenas simplemente fantásticas. Ejemplo de esto es en el transcurso del segundo enfrentamiento con Eso, donde podríamos leer una película con toma secuencias que sirven para dar pasos temporales de 27 años.
La descripción, sello de la casa King que a veces se nota exagerada, aquí tiene una fuerza tremenda que la hace menester dado que no sólo nos cuenta una trama o una historia, nos cuenta la vida de personajes que se sienten reales. Nos hace creer que estamos acompañándolos en sus vidas, tenemos incluso diálogos con ellos y nos hacemos sus amigos. Los conocemos tan bien como cualquier persona cercana en nuestras vida y en tan solo unas semanas o días, años enteros.
En cada elemento hay un origen que conocemos y atrapamos de la mente de nuestros protagonistas. Los Barrens, la biblioteca, el cine, la casa de cada Perdedor se vuelven nuestros lugares de encuentro en el tiempo que leamos la novela. Adoptamos una vida que añoraremos después de finalizada la experiencia.

Viajamos en bicicleta, auto, avión o a pie; experimentamos la misma tensión en cada encuentro con Eso; estamos atentos a los bravucones, al toque de queda, al clima; vivimos en Derry; vamos recuperando los recuerdos de una infancia traumática que no tuvimos en la vida real pero que aquí sí; aprendemos el rito de Chüd; nos fortalece la Tortuga; sabemos que algo anda mal pero solo nuestros nuevos amigos pueden solucionar.
El libro cuenta con excelentes batallas que combina lo psicológico con lo fantástico e incluso con lo cósmico y simbólico. Aquí, la imaginación junto a la niñez tienen un poder muy similar a Momo y La Historia Sin Fin, donde los hombres grises o la Nada son el equivalente a la adultez y a Eso, ambos nos borran los recuerdos tanto dolorosos como felices, que si bien podemos ignorar y salir adelante, no escaparemos hasta destruir a nuestros monstruos personales.
Novela con un equilibrio de géneros que abarcan terror, horror, drama, fantasía y aventura, es un buen alimento literario que nos transmite todo tipo de sensaciones que fortalecen nuestra esencia lectora. Un resumen de lo que el autor y su esencia son.
La música, como es común en muchas de las obras del autor, le da otro sabor a la trama, con un rock and roll a todo volumen o de fondo para que nuestros padres no nos reprendan. Otro mérito más al espíritu auténtico de King, que incluso se adelantó a Tarantino y retomo de Kubrick. Disonancia e ironía como los motivantes para tan audaz incorporación. Humor negro que sería imposible en estos días. Homenaje a otra de sus extensas novelas, en este caso Apocalipsis.
En el horizonte se hacen unas cuantas nubes con ciertos pasajes que son tenues, bajan la velocidad aunque son necesarios, y nos referimos a algunos preludios. Nuevamente, como hizo en Carrie, Posesión o Tommyknockers busca un realismo extremo al combinar artículos periodísticos creíbles, mejor que muchos del mundo real para demostrarnos que estamos en ese mundo, existe y la prueba documental está allí, aunque en este caso no funciona del todo y corta un magnético ritmo que nos volverá a enganchar cuando pasemos ese tramo.
La violencia y las escenas que son un verdadero shock, resultan en una delicia. Sangre, muertes creativas que involucran elementos cotidianos como neveras, venenos, incendios, disparos e incluso sanguijuelas, con elementos fantásticos como solo un villano como Eso nos puede dar. Resultan varios festines de sangre, sobre todo el clímax, que bien pudo funcionar como el verdadero final, mientras que el que King eligió era mejor como un epílogo o la unión de los cabos sueltos.

SALIR PITANDO COMO BILL
It de Stephen King es una novela que va más allá de Derry, la sangre y el payaso Pennywise. Es una experiencia literaria que todos deben realizar por lo menos una vez y a su ritmo, sin importar si se ha visto primero la miniserie o las películas de esta década.
La obra es una prueba más de la calidad de King como narrador, constructor, arquitecto y agente creativo que sin grandes frases, ni elementos pomposos logra crear una verdadera obra maestra, siendo una prueba más de que los best sellers no son superficiales ni simples.
Así que, ahora te toca salir pitando montados en Silver rumbo a Derry para combatir una amenaza de cada 27 años. Por qué se trata de nuestros Perdedores, de Henry Bowers, de Derry, Pennywise. Eso nos espera.
