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Reseñas

El Hoyo

Un debut alentador.

Póster Oficial:

3

Ficha Técnica

  • Director: Galder Gaztelu-Urrutia
  • Año: 2020
  • Actores: Ivan Massagué, Zorion Eguileor, Antonia San Juan, Emilio Buale, Alexandra Masangkay, Eric Goode, Algis Arlauskas, Miriam Martín, Óscar Oliver
  • Distribuidora: Netflix
  • Estreno: 20 de marzo de 2020 (México)
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El criticar y poner a pensar al espectador ha sido una tarea que muchos asumen pero poco cumplen. Ejemplo de esto último lo tenemos en directores como Bong Joon-ho con Parasite, Snowpiercer, Okja o Memories of Murder; Vincenzo Natali con Cube o Split; y Oliver Hirschbiege, que entregó un gran debut con Das Experiment.

Para 2020 y en plena contingencia, Galder Gaztelu-Urrutia intenta hacer lo propio en el idioma español con El Hoyo, una cinta que continúa una crítica al capitalismo e individualismo, que si bien tiene una premisa atractiva, no termina por convencer.

LA HISTORIA

En el futuro, los prisioneros se alojan en celdas verticales, observando cómo los presos de las celdas superiores son alimentados mientras los de abajo mueren de hambre. Una jungla de supervivencia donde solo hay tres tipos de personas: los que están arriba, los que están abajo y los que deciden saltar, incapaces de soportar esa agonía por más tiempo.

OPINIÓN

En su primer largometraje, Gaztelu-Urrutia demuestra su oficio al ofrecer una cinta con buen lenguaje cinematográfico, ya que las tomas que maneja ayudan a que la tensión, dinamismo o dramatismo se mantengan. Sumado a esto, la película presenta una fotografía bastante interesante, con excelentes postales, así como una atractiva paleta de colores centrada sobre todo en el rojo (cuando se duerme) y el azul (sobre todo en el descenso a niveles inferiores).

A destacar, las actuaciones de Iván Massagué como Goreng, el protagonista, el cual tratará de cambiar la realidad de El Hoyo; Zorion Eguileor en el papel de Trimagasi, el primer compañero de celda de Goreng , quien ha asumido la naturaleza del lugar; y Alexandra Masangkay, que interpreta a Miharu, ejemplo del daño psicológico resultante de la monotonía y brutalidad de la prisión.

Es interesante como en este lugar ingresan tanto gente que cometió delitos como voluntarios que están ahí para conseguir un título homologado, pese a que esto último no supone ventaja alguna. Todos son iguales y dependen de la fortuna para sobrevivir.

El diseño de producción es adecuado y bien seleccionado para los fines del producto. La crítica al consumismo e individualismo se construyen con todos los elementos: cada personaje demuestra diferentes puntos de vista, desde el que cree en el convencimiento como el mecanismo adecuado para cambiar la realidad, pasando por el que tratará de sobrevivir por medio de su experiencia y hasta aquellos que pierden la empatía cuando tienen una posición más privilegiada.

A la anterior discusión se suma el hecho de que las mismas autoridades desconocen la realidad de El Hoyo. Si bien, el propósito de este sitio es el de establecer una especie de comunidad donde la solidaridad gobierne, bajo la premisa de que “la comida alcanza si todos consumen la ración que les corresponde”, lo cierto es que esto se quiebra por la misma naturaleza humana, la cuál se manifiesta por el hecho que se culpa a los que están en niveles superiores de la carencia y se desprecia a los que están abajo.

Los objetos también cumplen un papel importante, donde dependiendo el nivel en el que se está, pierden o adquieren un valor más importante, siendo las armas las que mejor valoradas están, en contraste con el libro de Goreng, el cual es calificado como inútil o sin lugar en ese sitio, siendo al final uno de los elementos que permiten la civilidad, cordialidad o signo de identidad.

La comida es el elemento por el que gravita todo, ya que no solo determina la supervivencia de los presentes en El Hoyo, sino que también funge como el objeto de deseo y como símbolo de cambio. La abundancia de un banquete es sinónimo de fortuna (hay que tenerla para subir los niveles suficientes para despertar otro día), poder, así como de motor moral y de un mecanismo de control, ya que nadie puede guardarse ni siquiera un bocado para después, forzando a vivir el aquí y el ahora a todos los que están en este lugar.

El ritmo de la cinta es irregular, ya que el tiempo pasa lento por momentos, para luego introducir escenas violentas, dramáticas y, para algunas personas, shockeantes. Esto se ve acompañado de diálogos que en ocasiones son ingeniosos y otros que se sienten un tanto artificiales o exagerados (como cuando el protagonista experimenta visiones).

Algo que entorpece la experiencia es el audio que falla en varias oportunidades. Los diálogos suelen estar, sobre todo, por debajo del ruido generado por la plataforma flotante. Recomendable poner subtítulos para no perder el hilo de las conversaciones.

El guión inconsistente da como resultado un camino incierto en el andar de la trama. Lo que en un principio parecía el propósito de este lugar y una misión de mero interés personal para el protagonista, se transforma en otro punto de vista y al final, aspecto más débil de toda la película, un cierre sin justificación ni lógica, haciendo que se pierda mucho de lo interesante de la misma.

CONCLUSIÓN

Pese a los fallos en su ejecución, El Hoyo resulta en un buen ejercicio cinematográfico y un debut alentador para su director.

Si bien, otras cintas logran ser mejores críticas al capitalismo, lo cierto es que posee buenos valores y una idea que, de trabajarse más, podría arrojar una película que aspire por ser un clásico.

Una opción más que recomendable en esta época donde quedarse en casa es la realidad y, por un rato, romper la monotonía del encierro.

Tráiler Oficial

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Fotógrafo, escritor de reseñas, productor y locutor. Cofundador de Cine Geek y Director de UNplugged News.