Los Caballeros, o la importancia de apellidarse Ritchie.

Póster oficial:

En 1998 un trío de muchachos ingleses formarían parte de una cinta que marcaría un paso determinante para ellos en el mundo del cine. Como productor, aparecería un tal Matthew Vaughn, como uno de los actores estaría él en ese entonces actor Dexter Fletcher y detrás de cámara la visión de un tal Guy Ritchie como el director del proyecto.

Siendo el primer largometraje de Ritchie y el segundo para el productor Vaughn, la experiencia de Juegos, Trampas y Dos Armas Humeantes en el lejano año del 98 daba entrada a un grupo de gente que posteriormente darían de qué hablar por su talento. Acompañados de un gran cast que incluía nombres como el casi novato Jason Statham, Jason Flemyng, Vinnie Jones y hasta el cantante Sting, la cinta fue una sensación por su narrativa particular y ese estilo fresco que se percibía en su hechura.

Aunque Fletcher después tomaría su propio rumbo, Ritchie y Vaughn siguieron haciendo dupla con Snatch en el año 2000, entregando de nueva cuenta un relato coral del lado oscuro de Londres donde las armas, el humor negro, la violencia y los ensambles a torales estupendos volverían a hacer presencia. De ahí, Vaughn haría su primer largometraje muy al estilo de su gran amigo Ritchie para después en un futuro marcar su distancia y entregar proyectos diferentes.

Hablar de Guy Ritchie provoca este tipo de nostalgia ya que en algún momento este visionario director perdió de fea forma el rumbo para después recuperarlo a medias y entregar cintas de medianas a regulares como Rey Arturo (2016) o el live action de Disney de Aladdin (2019), en las que se veía ese intento del director y creativo inglés por volver un poco al camino que lo llevó a ser reconocido.

Y es que en tiempo presente si se le pone a la par de sus compañeros, tanto Fletcher como Vaughn, se nota que ambos disfrutan de un momento en que pareciera que le comieron el mandado a Ritchie, entregando cintas de calidad como la biopic de Elton John en el caso de Fletcher o la saga de Kingsman en el caso de Vaughn. Sin embargo, pareciera que el Ritchie de las viejas glorias ha decidido retomar el camino.

Llega a carteleras su nueva cinta, Los Caballeros, una efectiva película de ensamble donde 20 años después de Snatch vuelve a crear un elenco coral de actores de alto nivel para de nuevo meterse en los asuntos turbios de la mafia, del Londres que nadie quiere ver pero todos conocen sin dejar de lado el humor ácido que lo caracteriza. Nombres como Hugh Grant, Charlie Hunam, Michelle Dockery, Colin Farrell o Matthew McCounaghey acaparan los reflectores en este regreso a sus orígenes.

La premisa nos presenta a Mickey Pearson (McCounaghey), un americano que llega a Inglaterra con la idea de establecer su emporio de marihuana a como dé lugar. Para eso tendrá que negociar con la gente que lleva el negocio, lo que desatará una serie de intrigas, traiciones, estafas, violencia y unas cuantas risas fieles al estilo de Ritchie que conocimos en sus primeras dos cintas.

Algo característico en el cine de este director y guionista inglés son los diálogos y las interacciones entre los actores, estilo que había dejado un poco de lado en sus últimas obras. Por eso es grato ver al cast interactuar entre sí recordándonos justamente esos ensambles donde todos los personajes se entrelazan entre sí para desarrollar el relato, en este caso uno enfocado hacia el poder, dándonos momentos gratos en sus encuentros o desencuentros.

Hablar de esta cinta es hablar de cierta nostalgia por muchas razones ya que se siente que estamos viendo de nueva cuenta al Ritchie que conocimos hace 22 años aunque ahora con un relato un tanto más maduro y menos arriesgado en su propuesta cinematográfica pero aún así resulta eficiente, más incluso que la última cinta retoma estos temas iniciales de su filmografía llamada Rocknrolla (2008) donde después de caer en un vacío creativo influenciado por su entonces pareja, Madonna, quiso retomar un poco el camino pero fallidamente.

Ahora Ritchie entrega un guión donde destacan los diálogos mordaces, las conversaciones casuales y una que otra línea bien elaborada. Esto aunado a la labor actoral de intérpretes como Hugh Grant o Colin Farrell cuyos personajes roban escena cada vez que salen, incluso ver a caras como la de Michelle Dockerty, recién salida de Downton Abbey o al nuevo galán de origen asiático Henry Golding hacer papeles diferentes a los vistos últimamente le da cierta frescura al relato. 

En cuanto a la música también es destacada, algo que tiene Ritchie que lo ponía en una línea similar a la de Tarantino era escoger un soundtrack que vaya con las acciones en pantalla. En Los Caballeros lo vuelve a hacer aunque no al nivel de sus primeras cintas. Incluso en la labor de fotografía y en los momentos de acción o giros de tuerca que enredan más la trama, se nota cierto avance por parte del director que deja un poco lo frenético de la edición por momentos bien armados.

Sin embargo el guión no es perfecto y adolece en ritmo en su primera mitad, donde el planteamiento del problema parece ser sacado de sus primeras cintas pero con un enfoque más adecuado hacia una Inglaterra en pleno cambio. Incluso Ritchie se da el lujo de hacer alusión a la magia del cine y su amor por el séptimo arte en la misma, lo cual funciona hasta cierto grado. Si bien las situaciones detonan de mejor forma en la segunda mitad de la cinta para resolver el problema en un clímax con todo y chistes, el desarrollo principal parece un poco diezmado o largo.

Las motivaciones de los personajes son simples y juegan con los conceptos de lealtad y traición, algo que Ritchie ha tocado de buena manera antes y aquí lo vuelve a hacer pero en una forma que se nota más madura y adecuada a la época actual, dejando de lado el riesgo de secuencias en slow motion y la edición dinámica para irse por algo más básico en la forma.

A pesar de ello el gran mérito de Los Caballeros es traer de vuelta a Ritchie al mundo que mejor se le da, aquel inframundo inglés llenos de armas, juegos, trampas, traiciones y demás en un relato que se aprecia más por una nostalgia hacia los buenos momentos del realizador que por los méritos de su cinta. Eficaz, divertida y básica para los amantes de Guy, Los Caballeros nos recuerda lo importante que era llamarse Ritchie en su momento mostrándonos que aún tiene el potencial de hacer lo que mejor se le da.

Tráiler oficial: