Una gran secuela que nos recuerda la mejor época de Disney.

Póster oficial

Ya tuvimos la oportunidad de ver Otro Viernes de locos (Freakier Friday) y la verdad es que salimos bastante sorprendidos, pero sorprendidos para bien… y aquí te contamos el por qué.

Al inicio debo de confesar que estaba temerosa en ver la secuela de una de mis películas favoritas de la infancia, porque ya sabemos que muchas veces las segundas pastes no siempre logran mantener el mismo encanto, pero esta continuación sí lo consigue y de hecho, trae una frescura de nostalgia que se agradece mucho. Es como recordar cuando Disney hacia sus clásicas comedias, con esa picardía que le caracterizaba.

La historia parte 20 años después desde la primera película con la aparición de Anna Coleman (Lindsay Lohan) y Tess Coleman (Jamie Lee Curtis) tan hermosas como la primera que las vimos juntas en pantalla y es que es una realidad que los años han pasado y que en esta historia ya no trata de Anna como una adolescente, ahora los papeles cambian y la vemos como una adulta exitosa y una dulce mamá de una niña de 13 años y a Tess como una abuela moderna, que lleva su carrera al otro nivel incursionando en los podcast.

Como sabemos la historia se centra en la premisa del cambio de cuerpos, pero esta vez con un giro distinto que involucra a más personajes o quiero decir generaciones y es que esta película además de nostalgia y buenos recuerdos tiene muchos momentos de caos y humor familiar que en lo particular me gustaron, además que no solo se enfocaron en repetir la fórmula de la primera entrega, sino que intentaron ir más allá, sumando nuevos personajes pero sin dejar a un lado a los otros personajes emblemáticos incorporando situaciones más contemporáneas con las que muchas personas e incluso nuevas generaciones pueden identificarse.

Honestamente la comedia funciona bastante bien. Hay escenas que genuinamente me hicieron reír muy fuerte, y no solo a mí, sino también a toda la sala pero también otras que tienen un toque emocional que no me esperaba, lo cual fue una gran sorpresa, que se le agradece mucho a Disney. La película no se queda solo en lo superficial o nostalgia, sino que lanza mensajes bonitos sobre la empatía, la importancia de entender al otro y el valor de la familia, incluso con todas sus rarezas.

Los actores tienen buena química y se nota que se divirtieron grabándola. La energía se contagia y eso hace que el ritmo nunca decaiga. Además, si fuiste fan de la primera, vas a encontrar varios referencias que te sacan una sonrisa y que harán que la disfrutes como cuando la viste por primera vez, sin importar la edad que tuvieras.

En conclusión, Otro viernes de locos es una comedia ligera, ideal para pasar un buen rato, reírte, y salir del cine con el corazón un poquito más contento. Perfecta para verla en familia o con amigos sin complicarse la vida, solo dejarte llevar y disfrutar con tus palomitas.

Tráiler oficial