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Golda | Reseña

Una película plana en su narrativa, con capas de melodrama que no siempre resultan efectivos.

Póster oficial

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Ficha Técnica

  • Director: Guy Nattiv
  • Año: 2023
  • Guion: Nicholas Martin
  • Fotografía: Jasper Wolf
  • Música: Dascha Dauenhauer
  • Elenco: Helen Mirren, Camille Cottin, Liev Schreiber, Rami Heuberger, Ohad Knoller, Lior Ashkenazi y Jaime Ray Newman
  • Distribuidora: Diamond Films
  • Fecha de estreno: 7 de septiembre de 2023 (México)
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Hay personajes históricos cuyos actos, creencias y decisiones, han marcado el transcurso del mundo como lo conocemos en la actualidad. Los actores de aquellos sucesos memorables son normalmente obra del arte, ofreciendo interesantes biopics acerca de sus personalidades, contando algunos aspectos de sus crisis, sus aciertos o errores en determinados puntos de su existencia que fueron decisivos. Uno de esos nombres, sin duda, es el de Golda Meir, pieza clave en el movimiento sionista que culminó con la creación del estado de Israel.

El director israelí Guy Nattiv toma a esta figura representativa de la comunidad judía para mostrarnos sólo un fragmento de su larga carrera política en Golda, donde decide enfocarse en los últimos momentos de la misma, específicamente en las causas y consecuencias sucedidas en el año 1973 donde hizo frente a un ataque combinado de los países árabes en contra de Israel, confrontamiento conocido como la Guerra del Yom Kippur, tomando a la ganadora del Premio de la Academia, Helen Mirren (La Reina, 2006) para encarnarla.

¿Quién fue Meir y por qué su persona fue tan relevante para el estado israelí? Tristemente es algo que Nattiv decide dejar fuera, dejando de lado las oportunidades para ahondar en la historia de la joven judía, hija de un carpintero judío de la parte occidental del Imperio ruso, huyendo de la marginación y las persecuciones de las que eran víctimas a principios del siglo XX. Golda tiene un pasado relevante con el cual podemos comprender sus decisiones y posturas al enfrentar uno de los momentos más turbulentos de Israel en los últimos años, hasta el presente reciente.

Siempre adherida al movimiento sionista, Meir colaboró eficazmente en el proceso que culminó con la creación del Estado de Israel en 1948, siendo una de las personas que firmaría la declaración de independencia del país, además de que años después aceptaría ser primera ministra, entablando una gran relación con el militar Moshé Dayan. Todo ese contexto que enriquece a la figura de nuestra protagonista queda de lado para plantear una narrativa cinematográfica que emula secuencias constantes de cuartos de guerra donde existe la batalla pero jamas formamos parte de ella.

Esto sería entendible si la historia, escrita por Nicholas Martin, cuyas raíces como guionista recaen más en la televisión que en el cine, decidiera optar por una deconstrucción de nuestra protagonista, las razones por las que después es destituida de su cargo, entre otros aspectos de los cuales solamente ofrece guiños pero jamás ahonda en ello, ofreciendo una nula profundidad al relato que se torna repetitivo al no aportar mucho entre cada situación. 

El estilo de dirección nos remite a títulos que, de igual forma, se centraban en momentos históricos clave que pudieron desatar un conflicto armado mucho más grande. Ahí tenemos a Las Horas Más Oscuras (Wright, 2017) que desgrana poco a poco a Winston Churchill en espera de la ayuda de aliados para combatir a los nazis, o Trece Días (Donaldson, 2000), donde la crisis de los misiles en Cuba desató una crisis entre los Estados Unidos y Rusia que puso a temblar a todos en plena Guerra Fría, enfocándose en esas reuniones, juntas y cháchara política para evitarlo.

Es ahí donde el guion falla en su dinámica y planteamiento, pues es incapaz de crear una tensión o dramatismo palpable para cada situación que Meir encara en una batalla que pudo costar la caída de un pueblo entero. Esto, aunado a un diseño sonoro excesivo que de repente busca generar algo similar a lo que Nolan crea alrededor de la figura de Oppenheimer pero falla constantemente en ello. Eso sí, la culpa no recae en Helen Mirren, que a pesar de un maquillaje incómodo logra mantener a flote esta floja visión de una mujer histórica. Su actuación hace que olvidemos por momentos el tedio de la cinta pero no le basta siquiera para ser un vehículo de lucimiento como sí lo fue La Reina o La Dama de Oro (Curtis, 2015). 

Al lado de Mirren destaca también la breve participación de Liev Schreiber como el ex Secretario de Estado de los EEUU, Henry Kissinger, que tiene una de las mejores escenas de la película al lado de la británica actriz en una discusión interesante que si muestra las virtudes de una plática política entre cuatro paredes. Fuera de eso, el guion también se da el lujo de mostrar una postura bastante parcializada no del conflicto, sino de las creencias políticas en las que resaltan comentarios en contra de los rusos (‘todo lo hacen mal’, menciona Meir) o la incompetencia de Sharon y otros puntos donde la ficción deja mal parado a algunos personajes.

La fotografía del filme también es mediana, resaltando los momentos donde la cinta utiliza una textura con grano que nos remite a la época del conflicto en que Meir se encuentra pero que, con el uso de los colores negros y grises, se genera una confusa plasta poco nítida que afecta sobre todo a la peluca usada por Mirren. Ni qué decir de los efectos especiales, donde por momentos se nota la pantalla verde en montajes que le roban parte del realismo de la ficción histórica que plantea.

Si bien Golda ofrece un pequeño vistazo a la importancia de un conflicto y su figura central que tomaba las más difíciles decisiones para salvar a su nación o caer, la cinta resulta bastante plana en su narrativa, tratando de mostrar la importancia de su personaje añadiéndole capas de melodrama que no siempre resultan efectivos, desviándose del verdadero centro de atención y provocando hechos dispersos como su eventual muerte, su enfermedad, entre otros puntos que carecen de peso. Así, Golda se pierde entre el humo de su propio cigarro para entregar una gris interpretación de un personaje más colorido.

Tráiler oficial

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Comunicólogo, cinéfilo, amante de la lectura.