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La Ballena | Reseña

El renacer de Brendan Fraser.

Póster oficial

3.5

Ficha Técnica

  • Título Original: The Whale
  • Director: Darren Aronofsky
  • Año: 2022
  • Guión: Samuel D. Hunter (basada en su obra de teatro homónima)
  • Fotografía: Matthew Libatique
  • Música: Rob Simonsen
  • Elenco: Brendan Fraser, Sadie Sink, Hong Chau, Ty Simpkins, Samantha Morton, Sathya Sridharan, Jacey Sink
  • Distribuidora: Supra Cinema
  • Fecha de estreno: 9 de febrero de 2023 (México)
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El 2022 ha sido un año de revelaciones y renacimientos para el cine, siendo el regreso por todo de Brendan Fraser el que más apoyo, así como de mejor recepción ha recibido, generando una gran expectación por ver lo que ha traído con resonancia a los principales premios.

Este retorno que tiene sabor a leyenda del ave Fénix viene dirigido por Darren Aronofsky (Mother, Requiem For A Dream, Black Swan, The Wrestler), un cineasta que siempre ha trastocado al espectador con proyectos duros, dotados de cierto cinismo e imágenes perdurables por su crueldad a la vez que belleza innegable. Y con La Ballena esto alcanza dimensiones emocionales de gran altura.

Charlie, un profesor de inglés a distancia con obesidad mórbida, vive una vida solitaria en la que se ha escondido de la mayor cantidad de gente posible. No obstante, cuando su condición empeora mortalmente, buscará volver a conectar con Ellie, su hija de 17 años, a quien no ha visto desde hace 9 años.

Para esta ocasión, Aronofsky apuesta por una belleza más sobria si se le compara con sus anteriores incursiones como director, ya que las imágenes que se ven en el transcurso de las casi 2 horas se alejan un tanto de lo surreal, con una incomodidad permanente que hace de acciones tan cotidianas como lo son levantarse, comer e incluso el respirar, vehículos para una empatía para con el principal.

La opresión que existe gracias a lo anterior se magnifica por un sobresaliente trabajo en maquillaje, en la dirección de cámaras que filman en 3/4 y de una música que recoge ese dramatismo presente de buena manera. En la labor del primero de estos puntos ejemplifica todo el compromiso del equipo de producción y también de Fraser, quien debía pasar 4 años para poder entrar en la piel de Charlie con un traje hecho de tal manera que diera más brillo al poder expresivo del actor.

En lo segundo, este formato se ha elegido así para que el enorme tamaño del protagonista cubra la pantalla y el espectador sienta su casa que tiene todas las comodidades es una auténtica prisión de la que no puede salir tanto por imposibilidad física como de un valor sentimental encapsulado por los recuerdos de tragedias, errores y de arrepentimiento.

Para el tercer punto, los compases de composiciones de cuerdas de Rob Simonsen dan aún más poder a los momentos más bajos, dramatismo a las escenas más duras y nostalgia a algunos flashbacks que ayduan a construir el retrato de la vida de este personaje que, irónicamente, es la luz de positividad en un entorno lugubre.

Respecto a los personajes, cada uno es una crítica mordaz y venenosa de diversos aspectos de estos tiempos: Liz, amiga y enfermera del protagonista, es la representación de aquellos seres cercanos a los adictos o personas que están cayendo al abismo, quienes ayudan pero a la vez, irónicamente, ceden de manera peligrosa a algunas decisiones que podrían significar la diferencia; Ellie es muestra de la mirada de mayor odio, de ese placer por lastimar y de enojo acumulado por situaciones que no han podido controlar; Thomas, el misionero de Nueva Vida, es un ejemplo de la hipocresía religiosa en la que a sus creyentes se les ve como un medio para conseguir la salvación y de algún beneficio ya sea moral o económico; mientras que Charlie es una tremenda visión a como la depresión conduce a extremos que arruinan la vida de quienes no logran superar sus tragedias, siendo la comida, ese “lo siento” permanente y una postura demasiado optimista pese a las malas intenciones que abundan en su hija.

Las actuaciones son comprometidas y de buena ejecución, cada una con su propio abánico de emociones que es totalmente diferente uno del otro. Sadie Sink, Hong Chau, así como Samantha Morton, acompañan a la perfección a Brendan Fraser, quien se entrega de lleno al papel, lo hace suyo, dando una clase maestra de interpretación gestual, demostrando que estando en los zapatos de un personaje con poca movilidad se puede expresar con todo poder. Es que resulta curioso que Darren Aronofsky haya tardado más de 10 años para adaptar la obra de teatro homónima de Samuel D. Hunter (quien participa como guionista) por no poder encontrar a su protagonista, acertando de lleno con Fraser, ya que una mala elección podría dar como resultado una lamentable comedia involuntaria.

Quienes no conecten o no estén a favor de esta propuesta pueden argumentar que el noveno largometraje de Aronofsky es un espectáculo grotesco basado en el capítulo más oscuro de este profesor, con pesimismo y cinismo de sus secundarios, en la que les puede ser difícil empatizar por su pasado que ha desembocado en un presente muy complicado de ver.

Es así que La Ballena es una experiencia sumamente incómoda, triste y que podrá conectar de lleno o no dependiendo no solo el tipo de películas que se prefieren sino que la cercanía con algún persona en situación lamentable o que se atraviese un bajón psicológico importante. Increíblemente esta trágica narración es un renacimiento brillante para Brendan Fraser, quien podría coronar todo con el Oscar a Mejor Actor que tanto ha merecido después de múltiples circunstancias.

Tráiler oficial

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Fotógrafo, escritor de reseñas, productor y locutor. Cofundador de Cine Geek y Director de UNplugged News.