Incomodidad y dolor: la dura travesía del duelo tras la pérdida

Póster Oficial

La vida posee ambivalencias curiosas que a veces se pasan por alto. Del nacimiento a la muerte, de la dicha a la tragedia o de la maternidad a la pérdida solo bastan de pequeño momentos que sin duda cambian el devenir de las personas que deben lidiar con las consecuencias. Pero a la vez, son combustible para que las artes puedan construir relatos que alivian esa demanda por historias con las que el espectador sufre pero que disfrute. Otra ambivalencia.

Ante esto, Netflix ha ofrecido cintas de calidad que exploran estas ambivalencias: crisis por el divorcio con altas con “Historia de un Matrimonio”, la inevitable caída por los excesos con “Diamante en Bruto” o el precio de las decisiones con “El Diablo a todas horas”, toca el turno a las dificultades producto de la tragedia con “Fragmentos de una mujer”, una de las apuestas fuertes por parte del servicio de streaming y que quizá le reditué en varios premios importantes.

LA HISTORIA

La vida de Martha (Vanessa Kirby) y Sean (Shia LaBeouf), una pareja de Boston, cambia radicalmente tras perder a su hija durante un parto casero por la negligencia cometida por una matrona a la que posteriormente denuncian ante los tribunales. Comienza entonces un largo vía crucis para Martha, que además de tener que superar el dolor por la pérdida de su hija, tiene que hacer frente a su compleja relación tanto con su pareja como con su madre (Ellen Burstyn), una mujer dominante por naturaleza.

OPINIÓN

La nueva producción de la dupla húngara conformada por el director Kornél Mundruczó y la guionista Kata Wéber, da un salto de madurez respecto a sus dos obras anteriores, White Dog (2014) y Jupiter’s Moon (2017), donde por fin llegan a esa vena dramática que venía gestándose y que por fin logran desapegarse de ese enfoque fantástico con el que venían probando.

Mundruczó realiza una cinta intimista, minimalista pero que aprovecha la ambivalencia para dotar de poder a cada situación plasmada. La cámara encierra a los personajes pese a la inmensidad de los exteriores de Boston, la iluminación abundante da mayor impacto a esa sensación de desintegración, y los cambios de ánimo se pueden notar en los detalles más mínimos como el barniz de las uñas de Martha.

La estructura de la película alimenta ese choque de extremos. El clímax llega con el prólogo, con la escena del parto, la más intensa y poderosa de la cinta. De ahí que lo posterior pueda pasar a un segundo término pero que, al mismo tiempo, haga que el espectador permanezca hasta el final para buscar ese descanso ante tanto dolor.

Esta travesía emotiva va encadenada de diferentes enfoques y mensajes que van en paralelo por los trasfondos de sus personajes. Sean, un obrero de poca formación académica y adicto en recuperación, resulta en un intruso para la familia de Martha, misma que esta encabezada por Elizabeth, la madre controladora y quien impulsara gran parte de la tormenta que vendrá. Suzanne y Eva, prima-abogada de Martha y partera protagonista del terrible episodio, conforman dos extremos: el del victimario más empedernido y el de la víctima desafortunada.

La parte más destacada de la película son sus actuaciones: Shia LaBeouf ,Ellen Burstyn, Molly Parker y Sarah Snook ofrecen interpretaciones a la altura del relato. Sin embargo, Vanessa Kirby es la que brilla más, realizando, quizá, su actuación consagratoria gracias a un abanico emocional y gestual que se nota desde la escena del parto, con todos esos elementos guturales, faciales y de actitud.

El ritmo lento de las más de 2 horas que dura la cinta, podrán desanimar a más de uno, así como el tono pesimista que puede suponer un auténtico calvario de emociones para quien se identifique con esa tragedia.

CONCLUSIÓN

“Fragmentos de una mujer” resulta en una cinta impecable en su apartado técnico y una apuesta interesante que debe ser vista por lo menos una vez. Si bien, uno puede sentir a lentitud del relato, de esa sensación de tristeza y una tormenta que no parece tener fin, lo cierto es que al final, el descanso ante tantos malos momentos es una satisfacción imperdible.

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