La salud como un nocturno negocio riesgoso.

Póster oficial:

La familia Ochoa es, aparentemente, una familia como cualquier otra en la Ciudad de México. Lucha por sobrevivir el día a día mediante un trabajo nocturno que resulta lucrativo algunas veces y otras cuantas más es problemático, competitivo o hasta corruptible. Esta labor es la de conducir una ambulancia privada para atender las emergencias nocturnas en la urbe mexicana.

Lorentzen captura a través de dos cámaras, una fija en la ambulancia y otra en mano, para seguir los pormenores de este oficio que por básico que suene a veces es peligroso y carece de una regulación satisfactoria, poniendo en velo la seguridad de los atendidos o inclusive mostrándonos cómo de una forma la salud llega a ser un negocio lucrativo para algunos, motivo de desdén para otros.

La familia de medianoche del título nos muestra, más allá de la vida de los Ochoa, una cara de la Ciudad de México poco conocida mediante este servicio de ambulancias donde a veces empatizamos con la causa de nuestros principales protagonistas pero otras veces es inevitable cuestionarse la ética o el profesionalismo de su actividad, todo esto alrededor de una pregunta básica pero comúnmente ignorada: ¿Qué se hace para salvaguardar la integridad de un paciente grave?

El director, cuya experiencia radica más en proyectos independientes o cortometrajes, da este salto al docudrama para mostrar la realidad de una ciudad que con tantos millones de habitantes no se da abasto para poder garantizarles una atención oportuna en el caso de un servicio de ambulancias, situación que sobrepasa a los ciudadanos pero abre la oportunidad a otros para aprovecharla.

Este documental nos plantea severos cuestionamientos morales como el porqué no somos capaces de valorar el trabajo de estos paramédicos de ambulancias privadas si lo que importa es la vida de nuestro paciente, dándole razón a la óptica de los Ochoa y poniendo en cuestión si la vida de alguien cercano tiene un costo y cuánto es lo que estamos dispuestos a pagar por la misma.

Sin embargo, tampoco nos quedamos con un mensaje moralino acerca de que este servicio sea lo mejor, ya que se pueden ver las corruptelas, los malos manejos, la falta de regulación y de competencia desleal donde pareciera que, si bien están ahí para salvaguardar la integridad de un paciente de forma urgente, el negocio y la manera de hacer dinero a través de ello se antepone a lo demás.

La fotografía usada por Lorentzen destaca por este manejo de dos cámaras, como se mencionaba antes, que nos meten de lleno a esta frenética lucha por sobrevivir que trasciende más allá de la curiosa familia de medianoche y que se extiende hasta un punto donde la vida de un paciente está en juego y el saber si lo logra o no. Los niveles de tensión aumentan poco a poco y nos regalan una mirada íntima y personal alrededor de este polémico tema.

En la pantalla vemos desfilar diferentes situaciones con diferentes personas o personajes donde a veces pareciera que la realidad supera la ficción, volviendo este ejercicio una especie de cinta documental muy curiosa pero que parece haber salido de una película de ficción de Martin Scorsese llamada Vidas al Límite  (Bringing Out The Dead, 1999) combinada con una especie de cinta noir donde la ciudad de noche cobra vida para mostrarnos su lado más feo y ambiguo.

Así, Familia de Medianoche se convierte en un ejercicio documental interesante donde vemos cómo es que la salud puede convertirse en un modo riesgoso de vida en el que a veces ganas o pierdes. Además, Lorentzen logra hacer que nos cuestionemos acerca de la escasez en los servicios que deberían garantizar el bienestar de cada uno, mostrando que a veces es mejor caer muerto que ser víctima de una descarada competencia por una supervivencia en ambulancia.

Tráiler oficial: